David Beckham nunca ha sido de los que se exceden cuando se trata de comprar coches.
Esto no quita que haya conducido coches de las marcas más lujosas, aunque en la actualidad solo se le ve con modelos de Maserati porque actualmente es embajador de la marca italiana.
360 Spider F1
Pero antes de ser visto con los últimos Maserati, Beckham sucumbió una vez al encanto de ser dueño de un Ferrari. Específicamente, el exfutbolista inglés compró un 360 Spider en 2001, cuando todavía era jugador del Manchester United.

Lo usó poco antes de sus últimos grandes éxitos en el Reino Unido, con el título de la Premier League en las temporadas 2000-2001 y 2002-2003, y con el título de la Orden del Imperio Británico que le otorgó la Reina Isabel ese último año.
Pero el destino de David Beckham lo llevó a vestir la camiseta del Real Madrid, por lo que su traspaso a Los Blancos por 28 millones de euros significó que el jugador inglés se uniera a la creciente lista de ‘galácticos’, que ya incluía a Luis Figo, Zinedine Zidane y Ronaldo Nazario.
El coche se quedó en el Reino Unido
Como resultado, su Ferrari, que había sido pedido con ruedas Challenge, asientos de carbono bacquet, caja de cambios F1, escudos de ala, rejilla trasera Challenge, escape deportivo Tubi, etc., se quedó en el Reino Unido.

El coche está en perfectas condiciones hoy en día, ha sido revisado en un taller especializado de Ferrari en el Reino Unido y tiene 12.826 km, solo 126 km más que cuando fue anunciado el año pasado, lo que presumimos que corresponde a llevarlo al taller y hacerle el servicio.
Pequeña bajada de precio
Pero un año y medio después todavía no ha encontrado comprador. De hecho, el precio incluso se ha reducido de casi 124.000 euros a 118.200 euros, lo cual tampoco es una reducción considerable.

Consultamos las estadísticas de ventas del Ferrari 360 de los últimos tres años proporcionadas por la especialista Hagerty y las tarifas habituales están entre 70.000 y 120.000 euros, por lo que el coche está a la venta a un precio razonable. Especialmente teniendo en cuenta su estado y su bajo kilometraje.
Así pues, los hechos han demostrado en este año y medio que llevar el nombre de David Beckham es menos interesante de lo que algunos compradores y vendedores presumían, en este caso la empresa británica Mugello Cars.
En resumen, más que un plus, es una anécdota para aquellos que podrían estar interesados en el coche. Y lo más probable es que termine siendo vendido por el mismo precio que si perteneciera a un propietario anónimo.