El futuro de la tecnología de los motores de Fórmula 1
Dirección futura de la tecnología de los motores de F1
La dirección futura de la tecnología de los motores de Fórmula 1 estará dictada por la relevancia en carretera, según ha insistido la FIA.
Las especificaciones actuales de los motores de Fórmula 1 están en vigor desde 2014, cuando se realizó el cambio a motores V6 turbo-híbridos, una empresa compleja y costosa para tratar de impulsar la tecnología de la Fórmula 1 hacia el futuro.
Las nuevas regulaciones para 2026 han evolucionado estos motores con la eliminación del MGU-H y un mayor énfasis en la potencia eléctrica generada junto con el Motor de Combustión Interna, un movimiento que ha dado lugar a una afluencia de fabricantes: Audi hace su debut, mientras que Honda regresa y Cadillac se une.
Pero ¿hacia dónde llevará el siguiente paso al deporte? El director de monoplazas de la FIA, Nikolas Tombazis, dijo a los medios seleccionados, incluido RacingNews365.com: “El paso para 2026 ha sido definido, pero lo que haremos después de eso todavía está sujeto a discusión.
“Todavía hay muchas opciones sobre la mesa; ya sea combustibles más sostenibles, o hidrógeno, en lo que ya hemos trabajado mucho dentro de la FIA, o más electricidad.
“Pero siempre queremos seguir siendo relevantes para lo que los fabricantes de motores participantes quieren hacer. No podemos ir en una dirección completamente aleatoria que no esté relacionada con los automóviles de carretera.
“Tenemos que mantenernos relevantes en la carretera. Ese es el objetivo principal y creo que cualquiera que camine por el paddock puede ver que tenemos un gran desafío por delante”.
Objetivos de huella de carbono
Tanto la Fórmula 1 como la FIA han establecido objetivos agresivos de sostenibilidad ambiental, con un plan para alcanzar emisiones netas de carbono cero para finales de la década.
Pero debido a que las emisiones de los coches de carrera representan solo un pequeño porcentaje de la huella total del deporte, la FIA sabe que aún se debe hacer mucho fuera de las regulaciones técnicas.
“La participación de los propios coches en la huella de CO2 total es muy baja”, explicó Tombazis.
“Creo que es menos del 2% en total, así que está claro que nuestra responsabilidad global para el deporte es abordar el otro 98% también, y eso debe hacerse en términos de logística, materiales, números de piezas, calendarios, muchas cosas”.