Martín Anselmi es el entrenador del equipo de fútbol Cruz Azul, que ha recibido críticas y muestras de descontento por parte de la afición después de la derrota en la primera jornada ante el Pachuca. A pesar de esto, Anselmi ha defendido a la afición y ha justificado su reacción, argumentando que están cansados de falsas promesas y de la falta de éxito del equipo después de su último título de liga. En conferencia de prensa, el entrenador afirmó que el equipo está en construcción y que están trabajando para mejorar partido a partido.
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Desde el inicio de la temporada, Cruz Azul ha mostrado una filosofía de juego moderno y propositivo. En los cinco partidos que ha disputado, el equipo ha tenido un promedio de posesión del balón del 63.4%, siendo su máximo registro del 70% en el partido contra Juárez en la jornada 2. La estrategia del equipo es atacar teniendo el control del balón y evitar que el rival pueda construir su juego. Esta forma de jugar ha sido efectiva y ha permitido que Cruz Azul se mantenga en los primeros lugares de la tabla de posiciones.
Versatilidad en el equipo
Una de las características destacadas del equipo de Martín Anselmi es su versatilidad. Cruz Azul puede jugar con una línea defensiva de tres o de cuatro jugadores, dependiendo de las circunstancias del partido. Esta capacidad de adaptación ha sido clave para el éxito del equipo, ya que han logrado entender y ejecutar el estilo de juego propuesto por el entrenador. A pesar de los constantes cambios en la alineación inicial, el equipo ha mostrado un buen entendimiento del juego colectivo.
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Presión alta y verticalidad
Además de su estilo de juego basado en la posesión del balón, Cruz Azul se destaca por su presión alta y su verticalidad en el ataque. El equipo no se limita a tocar el balón sin sentido, sino que busca aprovechar la velocidad de sus extremos, especialmente Uriel Antuna en el sector derecho. Esta verticalidad en el juego les permite lanzar pases largos y directos, poniendo en ventaja a los delanteros del equipo. Además, la presión constante en el frente obliga al rival a despejar el balón, evitando que puedan construir su juego.
