Esta semana, el mundo de la lucha libre se enteró de la “Política de Relaciones Consensuales” de la WWE. Se informa que esta política ha estado en vigor desde junio de 2023 y ha generado mucha discusión, especialmente en cuanto a su equidad y si es suficiente para proporcionar un ambiente de trabajo seguro en la WWE, especialmente después de la renuncia de Vince McMahon después de que Janel Grant presentara una demanda en su contra, alegando tráfico sexual y abuso.
La evaluación de un abogado
Después de que se filtró la política, Wrestling Inc. contactó al abogado de entretenimiento y difamación de Los Ángeles, Tre Lovell de The Lovell Firm, quien dio su evaluación sobre cómo se sostiene esta política.
“En general, esta política es más justa que muchas otras políticas que he visto relacionadas con el tema”, dijo Lovell. “No necesariamente impide las relaciones entre empleados, pero aborda los abusos que podrían surgir de ellas y las regula. Las relaciones entre empleados en una empresa se mueven en dos derechos muy importantes, pero diferentes.”
Balance de intereses
“El primero es el derecho a salir y tener una relación romántica con quien desee, lo cual puede incluir a personas con las que trabaje. El segundo es el derecho a tener un entorno de trabajo productivo y libre de conflictos. Esta política parece equilibrar ambos intereses de manera justa”, agregó Lovell.
Prevención de conflictos de intereses
Lovell también cree que la política “alcanza el nivel de efectividad” cuando se trata de intentar prevenir conflictos de intereses. Señaló que una prohibición total sería menos efectiva, ya que es probable que los empleados se involucren en este tipo de relaciones de todos modos, y también sería cuestionable desde el punto de vista legal. “Abordar el problema y crear pautas para algo que probablemente ocurra independientemente de la política es mucho mejor que ignorarlo por completo”, afirmó.
Una deficiencia en la política
Sin embargo, Lovell encuentra una deficiencia particular en esta política. “La única deficiencia que veo en esta política es que requiere que cualquier tipo de relación laboral se informe a recursos humanos”, dijo Lovell. “Creo que solo las relaciones que involucran a superiores, o entre empleados donde uno tiene responsabilidades de supervisión sobre el otro, deberían tener una obligación de informar. Dos empleados que tienen posiciones similares, sin que ninguno tenga una posición de superioridad, no presentan un conflicto de intereses potencial significativo”, concluyó.