Los Diablos Rojos del México lograron coronarse campeones después de 10 años de espera, consiguiendo así su título número 17 en la historia del equipo. Este logro se vio enmarcado por una victoria en cuatro juegos consecutivos, luego de un regreso histórico tras ir perdiendo la Serie de Zona 3-0 ante los Guerreros de Oaxaca. A pesar de la difícil situación, la fe y la confianza nunca desaparecieron del equipo, quienes se mantuvieron positivos y seguros de su victoria.
La clave del éxito: la confianza y la fe
El manager Lorenzo Bundy y el segunda base Robinson Canó destacaron la importancia de mantener la confianza y la fe a lo largo de la temporada, incluso en los momentos más complicados. Tras darle la vuelta al Campeonato de la Zona Sur, el equipo se sintió seguro de que el campeonato era suyo. Bundy mencionó que la serie contra Oaxaca fue intensa, pero el equipo sabía que si jugaban como sabían, ganarían. Canó agregó que la buena química y la energía positiva del equipo los llevaron a la victoria.
El apoyo incondicional de la afición
Canó también destacó el papel fundamental que tuvo la afición escarlata en el camino hacia el campeonato. Comparando su experiencia en las Grandes Ligas, Canó mencionó que la energía y el apoyo de la afición en México era diferente y único. Agradeció a los fanáticos por ser un motor para el equipo, especialmente en los momentos difíciles. La unión entre equipo y afición fue clave para alcanzar el tan anhelado título.