Thomas Tuchel se adentra más en el pantano. La posesión defensiva podría haber sido una herramienta efectiva para el entrenador en esta competición, pero el campeón del 2021 aprendió una lección crucial en la Ciudad Eterna. Su enfoque solo funciona si puede confiar en su defensa.

Errores individuales clave

Dayot Upamecano ha demostrado en varias ocasiones en su carrera que no es el tipo de defensor que puede entregar 90 minutos impecables de forma fiable. Esos son los defensores que Tuchel convirtió en una unidad de élite cuando ganó esta competición con el Chelsea. Once meses después, hay muy pocas señales de que esté logrando lo mismo con el Bayern. La lentitud con la que los visitantes intentaron desgastar a Lazio podría haber sido efectiva si no se hubiera combinado con una línea defensiva que era demasiado fácil de superar en el contraataque. Esa no era la fórmula para ganar títulos hace tres años, y ciertamente no lo es ahora.

La vulnerabilidad defensiva

Tuchel no hizo frente al desafío que resultó ser el factor decisivo en el Stadio Olimpico. Fue Upamecano quien imprudentemente puso un pie en el tobillo de Gustav Isaksen cuando todo lo que necesitaba hacer era mantenerse firme y enviar al danés hacia la línea de fondo. Podrías ofrecer las mismas explicaciones el sábado por la noche después de lo que pareció ser la derrota épica ante el Bayer Leverkusen. Tuchel no fue uno de los siete defensores que se durmieron cuando los líderes de la Bundesliga hicieron un saque rápido.

Errores que pasan factura

Cuando el desafío por el título del Bayern en casa y en el continente comienza a desvanecerse debido a estos errores individuales, Tuchel puede estar seguro de que será el responsable. Hay una razón justa por la cual eso podría ser así el miércoles. No le dio a Ciro Immobile el penal con el que ganó este primer partido, pero Tuchel preparó a su equipo de tal manera que eran vulnerables a un momento de genialidad de Lazio o a su propia locura.

La falta de ambición en ataque

La posesión defensiva puede ser un arma efectiva en esta competición, pero incluso las construcciones más cautelosas deben tener un objetivo final en mente. Con demasiada frecuencia, el Bayern se desvió hacia ninguna parte, todos en negro y morado insistiendo en llevar el balón hacia adentro, donde tres líneas de azul de Lazio los esperaban. Cuando los bávaros estiraron el balón de un flanco a otro, representaron una seria amenaza. Tan temprano como en el sexto minuto, Leon Goretzka exploró el espacio a la izquierda con un cambio rápido. Leroy Sane se había desplazado para forzar un sobrecampo, entrelazándose con Jamal Musiala, abrió espacio para que Joshua Kimmich controlara y colgara uno en el poste trasero. Thomas Muller cabeceó al otro lado, Harry Kane no pudo concretar. Más de eso, y pensarías que el partido, quizás incluso la eliminatoria, sería del Bayern.

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